Night by Night de Chromeo (Business Casual, 2010) siempre me recordará un día que fui al extinto Imperial. Ahí me encontré por casualidad a F, quien me cantó diversos pedazos de esta canción al oído…
Vaya, cómo me derretía ese chico! Y hablando de F, tampoco olvidaré la vez que me lo encontré en otro venue. Me recibió casi con los brazos abiertos y me dijo: “Sabía que te encontraría aquí.” Aquella noche eran Rebolledo y Matías Aguayo los encargados de la música.
Unos minutos antes, tuve un accidente mayor, ja! Justo antes de entrar al lugar hizo mucho viento y el letrero que indicaba cuál era la entrada del lugar voló directo hacia mi frente. Literalmente vi estrellitas, fue muy fuerte el golpe. Me sentí muy mareada y después apareció un dolor de cabeza muy fuerte. Se me hizo un chipote, pero me aguanté. Así, con chipote y todo, entré al lugar y para mi, valió la pena porque fui gratamente sorprendida. F fue el primero que me vio: me recibió contento, con los brazos abiertos y, tras reír un poquito al escuchar cómo me hice el chipote, acercó más que nunca su cara a la mía. Recargó delicadamente su frente sobre la mía.
Nunca pasó más que eso. De hecho, meses después, F me aplicó esa horrible estrategia que hoy llaman ghosting: de encontrármelo en cada lugar al que iba, pasó a desaparecer como si se lo hubiera tragado la tierra. Obviamente era su manera de decirme que ya tenía novia, pero yo no lo entendí. Creo que no es exageración decir que mostró interés en mí por algún tiempo y de pronto se esfumó. Hasta me bloqueó de una red social… en fin, yo era muy joven e ingenua, así que me tomó bastante tiempo entender todo lo que había detrás de ese ghosting.
…En mis peores momentos, cuando tanta privación continua de sueño me hizo tener alucinaciones durante el día, ese recuerdo, el nuestras caras tan cerca una de la otra, regresaba a mi mente. Y ahí supe que algo andaba mal, que necesitaba primordialmente descansar y luego, cambiar de perspectiva.