Vaya, vaya. No sé bailar. Y además, no me gusta. Sí puedo apreciar a la gente que lo hace bien, pero bailar en un sentido estricto, con ritmo y coordinación, en el sentido más clásico del verbo bailar, se me complica tanto que me desespero y eso me causa estrés.
Ahora, lo que sí puedo hacer es brincotear y mover mis pies al ritmo de las canciones que me gustan. No es bailar, pero implica movimiento, implica usar mi energía, y no me siento estresada. Al no ser necesario seguir una secuencia de pasos ni mover las caderas (es más, ni siquiera tener ritmo), no hay expectativas, solo hay movimiento y mucho ánimo. Es muy democrático, cualquiera puede hacerlo. Una canción que me genera movimiento en los pies y brazos es Lose Yourself to Dance (Random Access Memories, 2013), de Daft Punk.