
Sí, claro. Soy de esas personas que, en múltiples ocasiones, han deseado regresar el tiempo y tomar decisiones diferentes. Entiendo la frase trillada: “todo lo que nos ha pasado en la vida nos hace las personas que somos hoy”. Y es verdad. Sin embargo, en el inter, no puedo evitar pensar en subjuntivo, aunque invariablemente refiera a situaciones hipotéticas.
La peor parte del arrepentimiento es saber que lastimé a quien menos hubiera querido hacerle daño. Como buena overthinker, regreso una y otra vez a repasar cada cosa que me llevó a actuar de cierta manera para al final acabar reprimiéndome sola. Ese perdón negado de mí a mí misma es suficiente tormento, y aunque es inútil, me cuesta mucho soltarlo y dejarlo ir.