
Mi primer blog lo tuve en 2009 y decidí abrirlo para entretenerme, literalmente. Estaba recién graduada y decidiendo si me metía a trabajar unos años o si hacía directamente una maestría, era “nini”, vaya. Como tenía mucho tiempo libre y siempre me había gustado escribir y escuchar música, retomé el alter ego bajo el cual publicaba en el periódico del liceo; le agregué un nombre de pila y, junto con ello, vino la creación de un blog dedicado a los artistas y bandas de mis géneros musicales preferidos.
Hubo alguna época en que lo tenía impecable, muy actualizado; escribía uno o dos posts al día, y reseñaba con lujo de detalle los conciertos a los que iba inmediatamente después de que terminaban, aunque me desvelara, jajaja. Sí, fue una época en la que salía mucho, pero poco iba a afters, así que llegaba a casa después de media noche y me ponía a escribir. A ese blog le dedicaba todo mi tiempo libre y más. Sin embargo, como bien dicen: “todo lo bueno acaba”, y yo, entre que fui creciendo y dándole prioridad a otras actividades en mi vida, dejé poco a poco de escribir, incluso por ahí debe haber alguna reseña incompleta en ese blog.
Por ello, un día tomé la decisión de dejarlo e iniciar este blog, que es mucho más personal y refleja el estado mental en que me encuentro actualmente. Sé que esto de tener un blog pasó de moda hace mucho, pero me gusta, es una buena manera de retomar este gran pasatiempo mío para, de alguna manera, regresar a mí.