Definitivamente, perder a cualquiera de los integrantes de mi familia nuclear. Sé que algún día pasará, pero también sé que no me gustará y que será muy largo el proceso de duelo. Somos cinco, y no puedo imaginarme cómo será el día en que falte alguno.

Juntos hemos pasado de todo: buenos tiempos, malos tiempos, tiempos difíciles, tiempos tranquilos, tiempos retadores, tiempos simples… cada día entiendo y valoro más a la familia que tengo, así que solo espero tener la suerte de contar con ellos muchos años más. Después de tanto y tanto, sabemos bien que nos tenemos siempre.